domingo, 26 de diciembre de 2010

Que la tierra 
se vaya haciendo
camino ante tus pasos; 

que el viento 
sople siempre 
a tus espaldas, 

que el sol 
brille cálido 
sobre tu cara; 

que la lluvia 
caiga suavemente 
sobre tus campos y; 

hasta tanto volvamos a encontrarnos,
que Dios te guarde 
en la palma de sus manos

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