domingo, 23 de julio de 2017

Bolsa de cariño

Estoy decidida a no encariñarme con la gente. Porque cuando la gente no corresponde ese cariño uno se queda con una gran cantidad de cariño huérfano en una gran mochila. Eso pesa, es una carga, y uno está solo para llevarla.
El cariño huérfano exige, es como un niño que no puede valerse solo, no colabora, es un peso muerto y pesa mucho, y uno se va deformando de tanto llevarlo solo.
Llega un momento en que te das cuenta de que uno sólo no puede hacerse cargo de ese cariño y se pregunta: ¿dónde me meto éste cariño no correspondido? y (obviamente) se nos ocurre metérnoslo en el culo.
Y en ese momento ya no sabés qué te duele más, el culo o la soledad.
Como sea que lo resuelvas, duele. El menor de los males, entonces, es no encariñarse.

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